sábado, 12 de marzo de 2011

“QUÉ FUE DE BABY JANE” (1962) de Robert Aldrich por Alba Muñoz Celma



“Qué fue de Baby Jane” (1962) de Robert Aldrich es una película de terror psicológico dado que, al analizar la trama (y teniendo en cuenta que no puede pertenecer a ningún otro tipo de terror porque no aparecen ni monstruos ni seres fantásticos) podemos observar que la intriga de la obra se debe a su carácter psicólogico; el avance del trato de Baby Jane (Bette Davis) hacia su hermana (Joan Crawford).
Terror psicológico que muestra un retrato amargo y macabro de la envidia y el rencor, sobre el sentimiento de culpa, el resentimiento, personalidades obsesivas y ancladas en el pasado ritmo intenso claustrofóbico excesivo y violencia mental enfermiza. Da miedo y provoca dolor lo que puede llegar a hacer y sentir un ser humano dentro de la cotidianeidad de sus 4 paredes, el maltrato emocional, los demonios y odios que habitan dentro de las personas y que salen en situaciones límite (como el personaje de Joan Crawford en el momento que se dispone a arrollar a su hermana con el coche y finalmente resulta herida ella) y que conducen a la enajenación. En esta película el terror proviene de los cercano… salvo por el giro final en el que Joan Crawford confiesa haber intentado atropellar a Baby Jane, momento que la redime un poco en su maldad y perversidad.
“Qué fue de Baby Jane” retrata ni más ni menos cómo la nefasta gestión de la carrera de los niños artistas y el éxito mal digerido puede destrozarles la vida, los estragos y peligros de la fama prematura y el posterior y mal llevado olvido y fracaso que te convierte en un juguetes roto y frustrado, así como los padres sin escrúpulos que hacen negocio de sus hijos. Es todo esto lo que conlleva a Baby Jane a convertirse en una mujer alcoholizada y enfermiza que basa su vida en el disfrute que le produce maltratar a su hermana y soñar con volver a la cima. Sí, esa es su única meta: volver a ser famosa.
No obstante, la película cae en el típico efectismo (tanto sonoro como visual) del marco de terror. Podemos basarnos en varios ejemplos, como el momento de la rata, tras el cual se muestra un plano cenital de Joan Crawford sumamente expresivo en el que no para de dar vueltas y girar sobre su silla de ruedas, como si de una alegoría entre una rata cualquier y ella se tratase; ambas están encerradas y desesperadas por huir.
Aparte, el efectismo se debe a planos en ocasiones poco estéticos que rozan el expresionismo, pero en los que encuentra una gran fuerza visual. Podemos destacar planos picados, muchos primeros planos (impactantes los de Joan Crawford y sus caras de horror), planos detalle, movimientos de cámara en busca de objetos… Por no hablar de la música, otra clara característica de este género. Las películas de terror no serían lo mismo sin sus bandas sonoras, las cuales incrementan el agobio y nerviosismo en el espectador. Claro ejemplo el de la secuencia del teléfono en la cual la cámara enfoca repetidas veces un plano fijo del teléfono sonando, y a Joan Crawford arriba, indecisa. Sin los golpes de música, los planos yendo y viniendo una y otra vez, realmente nos daríamos cuenta de que solo estamos viendo un teléfono sonar, un simple objeto que no resulta ninguna amenaza.
En cuanto al ritmo, he de decir que, a mi parecer, va subiendo en intensidad hasta resultar casi asfixiante. Los contrastes entre el exterior pacífico y feliz con el interior de la casa, la noche y el día, y la única barrera: las escaleras, las cuales parecen separar dos mundos. Todos estos factores producen una sensación en el espectador de verdadera incomodidad. Evidentemente el contraste se da gracias al montaje y al respectivo cambio del punto de vista de la narración.
En resumen, “Qué fue de Baby Jane” era en principio una obra de serie B, con no demasiado presupuesto que aprovechaba el morbo de enfrentar a dos grandes actrices que se odiaban. Pero el resultado fue el de una gran película (por momentos demasiado efectista) pero con dos grandes interpretaciones que han pasado a la historia, en concreto –y en mi opinión- la de la grandísima y maravillosa Bette Davis.





2 comentarios:

  1. Tengo el dvd guardado por verse, la voy a ver lo más pronto.

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  2. Una película maravillosa, a pesar que pueda tener algunos ripios técnicos (algunos efectos de sonido) y de proporción temporal (lo que tardaba Blanche en sus intentos de escapar con respecto a las salidas de Baby Jane). Es de esas películas que las puedes ver 10 veces y en cada ocasión se le puede encontrar diferentes enfoques tangenciales derivados de la trama principal.
    La actuación de Bette Davis es impresionante, aunque se acuse de sobreactuar por momentos, en ningún caso descontextualizó al filme. La narración es impecable, se debe estar atento en los detalles y pistas en todo momento para poder entender e interpretar el sorpresivo final, esa conclusión que nos vuelve a recordar que los absolutos no existen, no hay tal cosa como los "buenos buenos" o los "malos malos", si no matices y en toda clase de ámbitos.

    Una película de visión obligada para cualquier fanático del verdadero buen cine.

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